Yolanda Pantin

Yolanda Pantin, nació en Caracas en 1954. Estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello de esa ciudad.

Es autora de los siguientes libros de poesía: Casa o Lobo (Monte Ávila Editores, Caracas 1981); Correo del Corazón (Fundarte, Caracas 1985); La Canción Fría (Angria,  Caracas 1989), Poemas del Escritor (Fundarte, Caracas 1989), El Cielo de París (Pequeña Venecia, Caracas 1989), Les Bas Sentiments (Fourbis,  París 1992), Los Bajos Sentimientos (Monte Ávila Latinoamericana, Caracas 1993), La Quietud (Pequeña Venecia,  Caracas 1998), La Épica del Padre (La nave va, Caracas 2002), Poemas Huérfanos (La liebre libre, Maracay 2002), El hueso Pélvico  Eclepsidra, Caracas 2002), Poesía reunida, 1981-2002 (Otero, Caracas, 2003 (en prensa), además del poema dramático La Otredad y el Vampiro (Fundarte, Caracas 1994). En 1998 publicó en España la antología personal Enemiga Mía.

En 1989 recibió en Caracas el Premio Fundarte de Poesía.

POEMA DE LAS DOS CABEZAS EL DIA QUE CONOCI A SUSAN HOWE YO HICE EL CABLE SUBMARINO

(Traduzione in italiano)

SON TRES LOS ZOPILOTES NOUVELLE APUNTES PARA UNA POETICA TRADUCIÉNDONOS A NOSOTROS MISMOS
 
Declaración del alpinista PIEL DE VACA GACELA El CIERVO LA COSA VIVA LOS SORDOMUDOS
 
 

Bosques

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POEMA DE LAS DOS CABEZAS



Este es el poema de las dos cabezas

Sol
Cuello Cortado
descansa sobre la hierba

Cabeza Soberbia
partió a los Australes

Sol
Cuello Cortado
dejó que un insecto
revoloteara en sus labios

y durmió un instante

Cabeza Soberbia
cansada del viaje
haló de los pies a su amante

Estuvieron parloteando un largo rato

Una tormenta siguió a la otra
mas estas cabezas tenían mucho de que hablar

Sol
Cuello Cortado
saltó sobre la nieve

y posó sus labios
sobre la boca tumefacta
que hervía

sobre un hervidero de palabras

Se contaron sus vidas

Esto era todo lo que tenían que decirse
sus vidas sus amores

La noche las encontró
bajo un bloque helado

-el viento ululaba en el paisaje blanco-

“Es un presagio”

dijo Sol
Cuello Cortado

“No hagas caso”

Cabeza Soberbia
sintió pánico

y entrechocaron sus orejas en un largo abrazo




(de La Canción Fría, 1989)











EL DIA QUE CONOCI A SUSAN HOWE



Yo venía de la guerra
es decir de un nuevo engaño
de esos que, al igual que el dolor, hacen bien a la dignidad narcisista
según había leído en un poema de Pier Paolo Pasolini
y que ahora llevaba como marca en la frente
-en cada herida una lección para el futuro
vacío pero inmenso-
Ya había escuchado el ruido de las aspas
y el humano deseo
de abrazar hasta los párpados
Conocí la metralla en el teléfono
y en el océano las yardas
Sorbí el trago de París a fondo blanco
parte a parte lloré por Alemania
Tuve horrendas pesadillas
recuerdo especialmente un viaje en elefante
-de viajes no me hablen-
Me persiguen las imágenes
de cuerpos mutilados
en los campos
brazos antebrazos frutos de la carne
Qué sangrientas las batallas, Susan Howe
Yo venía de la guerra
y sólo traigo unos poemas
Hay miedo en el dolor
ayer no más decía
y estas palabras para un nuevo encuentro
lo importante es invisible para los ojos
porque el odio fluye en un río de sangre


( de Los Bajos Sentimientos, 1993)




 

 



YO HICE EL CABLE SUBMARINO



Eres mi criatura
yo hice tus ojos tus manos

tus dientes montados
unos encima de los otros

Yo puse tu mirada
sobre el mundo

tus dos piernas

Yo hice al mundo
ávido y mojado

sin palabras

hice tu perfil
entrar al agua

tus brazadas
en el mar

en la piscina

Yo hice tu barbilla
tu cansancio

tus aletas de pez
en el acuario

Hice una joven para amarte
de venticinco años

la hice apátrida
enfermiza

una niña en el marasmo

Hice un país
un enemigo

Me dije
no

está prohibido
mirarte

Me hice daño

Yo hice a mi criatura
con mi sangre

abrir la carne

Marqué las horas muertas
en este calendario

la importancia del teléfono
mudo repicando

Yo hice el cable submarino

a París
también la hice

la ciudad de los amantes



(de Los Bajos Sentimientos, 1993)

 

**********************


Traduzione in italiano: G. Bartolozzi.
 

IO HO FATTO IL CAVO SOTTOMARINO.

(Yo hice el cable submarino).

 

 

Sei la mia creatura,

Io ho fatto i tuoi occhi, le tue mani,

                                                                                                               

I tuoi denti montati

Uno sull’altro.

 

Io ho fatto il tuo sguardo

Sul mondo,

 

 

Yolanda Pantin.

(da “I Bassi Sentimenti”, 1993).

 










SON TRES LOS ZOPILOTES



Mira volar los zopilotes son horrendos
Allí están en la cornisa del otro edificio

Mientras sirvo el café las aves negras
se han posado en la antena parabólica diríase atalaya

Cada uno conserva el equilibrio que es suyo y no del Otro
-¿De quién comen?

Ahora vuelan sin moverse no hacen ruido
Son tres los zopilotes ya lo he visto

una madre y dos de sus pequeños
o una pareja de amantes y su sombra




(de Los Bajos Sentimientos, 1993)













NOUVELLE


A veces parecía indiferencia
Ese andar por la casa, distante.

Nosotros conocíamos el habla
Y el lenguaje también de las miradas: calla.

Hasta que una voz nos llamaba:
“Vengan la cena está servida”.

Entonces nuestra madre nos saludaba
Como si nos reconociera

Y en la mesa ya sentados sonreía
Para que no pensáramos que la habíamos perdido.



(De La quietud, 1998)






 

 

 

 

GACELA

(no por su belleza)


Nada le asegura
a la gacela permanencia
sino, al contrario, le confirma
tal es el estrépito de hojas
o pisadas de elefantes

a lo lejos

su fragilidad
que finalmente es pánico





(de: Poemas Huérfanos, 2002)












El CIERVO


Iba yo con mi hermano por el bosque,
cuando lo vi entre las ramas asomarse.

Pude verlo como era,
y él, mirarme:

Macho, de alta cornamenta.

Aunque de noche,
los ojos clarearon en su estupor al verme.

Volvió la grupa,
temeroso.

Yo alcé el arma que llevaba
y apunté entre los cuernos.

Disparé. Y con ello la cabeza
se deshizo en el aire que había respirado.

Donde hubo belleza
quedó el cuerpo tendido sobre la hierba.

Tomé el arma
y se la di a mi hermano.

“Ten –le dije: el rifle
con el que he matado sin deseo”.

Volví la espalda
y caminé hacia el auto

que había dejado
en el umbral del bosque.





(De: Poemas Huérfanos, 2002)
 

 

 

 

 

 

 

 

 

Declaración del alpinista


–¿Por qué escalar el Everest,
me dije, cuatro veces,
tropezar con un cadáver
magro entre las cuerdas
por el hielo?

¿Por qué volver los ojos
empañados
cuando muerde el iris
la cima del mundo
mientras toso de angustia?

–Porque es peligrosa
y porque es fría la montaña

volvería en mi intento.



(De: La épica del padre, 2002)



 

 

 

 

LA COSA VIVA



Contra la luz: el aire

Niños
en la marejada

El mar está
sobre el dolor

todo lo ensordece el ruido
de su brutal absoluto

No es paisaje
para la contemplación

Bóveda arqueada
tal como si vomitara

el terror

Contra la luz:
voces

niños en la playa

van

enracimados,
al mar,

como exudación
de la fragilidad






(poema inédito)
 

APUNTES PARA UNA POETICA
(Versión II, en contra de mí misma)



I



Yo había perdido la Gracia

poseída como estaba
por una galería de fantasmas
dediqué a ellos
los mejores años de mi vida

Naufragios tempestades Turners
viejas estampas que el bombardeo
ha destruido

Las guerras no discriminan

Madame X

Hoy Persia
mañana el río Ouse

-El tiempo pasa, el tiempo seguirá pasando-

Me pasa como cuando fui a París
todo me parecía tan desarticulado

-Extraje de una de mis muelas
el hilo de Ariadna-

Mi hermana Valentina vive aquí
Vamos a los museos
recordamos a nuestros padres
nuestras infancias
analizamos las diferencias y
casi siempre concluimos
cuánta corrupción en nuestro país

Dos extranjeras en el Metro

En esta ciudad la cultura es gratis
Alguien me contó que cuando vio gratis
El Espejo de Tarkosvky lloró y lloró
La primera vez que lloré
fue ante El entierro del conde de Orgaz
en Toledo
Luego me sucedió viendo un cuadrito
de Tolouse Lautrec (El abandono o las dos amigas
en la memoria)

Me inquietan estos Turners
No es difícil reconocerse en sus
naranjas

Mi hermana Valentina y yo
nos reconocemos
pedazos de corazón de hígado de pancreas
también de riñón
en homenaje a nuestro hermano
recién trasplantado

Qué bella es Londres
pero más bellos son nuestros recuerdos

-¿En qué época te hubiera gustado vivir?

Previsible en el siglo XIX
gran dama magenta
en Inglaterra

Almorzamos pescado frito

del día

El viento deshilachaba las orlas
de las palmeras

Hacía arenilla/ en los ojos

en la isla donde habíamos llegado
como dos ahogadas

-¿Qué más quieres?



Ahora por ejemplo extraño la calidez de tu cuerpo
y tu compañía
Podría entonces escribir un delicado poema
que ya no hablara del miedo sino de esta
relación humana
tardes de ocio lectura
y la tardanza en el jardín como a veces sucede
cuando duermes en mi casa
No hacemos nada pero de eso se trata
levedad y consistencia
La vida ha devenido en un acto de extrema depuración
e incluso el poema exige
aquella naturalidad que sobrepasa el desgarramiento
porque al dejar atrás el velo de los grandes gestos
tal vez sobrevenga el vacío de lo que verdaderamente importa
De momento abro los ojos
y dejo a mi piel ser tocada
y si escribo
será porque tuve el valor
de nombrar las cosas por su nombre

Mis amigas poetas
han escrito sobre estos
cotidianos infiernos

No es cierto que el hombre
tenga valor

Somos tan poca cosa
en el fondo

Mis amigas refieren
en lenguaje poético:



_____________




Me gusta esta isla

Margarita
Si viviera aquí no escribiría
Tendría un viviero al que previsible
llamaría House and Garden
Letras blancas sobre fondo verde oscuro
anglosajón y envolvente
orquidiario jardín de plantas
y una pérgola para tomar el té

-¿Por qué no nos comunicamos?

En esta ciudad la gente llora en los estacionamientos

Te dije: dame el volante
te di una sopa en mi casa

mujer-esencial
mujer-ideal

mujer-fantasmal

-las mujeres no queremos poetizar. Entiende: en sentido lírico

bastante nos poetizaron

Discursos poéticos
poéticas

No poesía no narrativa no ensayo

diálogos de cine

-Son las islas de las que hablaba

y todo lo que quería decir sobre los vivos
y sobre los muertos

!Qué dulcemente va cayendo tu belleza¡




II



Mi hermana Valentina y yo regresamos al Museo

En el restaurante con vista al parque
bebimos té en homenaje a los vencidos

La Crítica nos había enseñado

-Carlos Basualdo

que el Yo estaba en suspenso

-Destruir el yo en la literatura

Hicimos una ceremonia frente a la estatua de acero
hicimos una hoguera

Las lenguetas color naranja
-Turners Inglaterra-
lamieron papeles palabras y
las palmeras deshilachadas
de William Faulkner

todas esas cosas perdidas para siempre

-No encuentra una de qué hablar

Fragmentos del alma
coágulos del siglo XX

Hay poetas así
tiene el don de la palabra

Dios habla por ellos

No sé
lo que a una le suceda

En todo caso

es preferible el silencio
a los bellos edificios de palabras que caen



Caracas, octubre de 1995




(De: La quietud, 1998)





 

 

 

 




TRADUCIÉNDONOS A NOSOTROS MISMOS


Hay algo extraordinario

en el lugar del No Entendimiento
y el deseo de entender

semejante a la tarea de escribir un poema
o de traducir un fragmento

de un idioma desconocido

Algo cierto
como un hachazo

en la infantil necesidad
de articular un pensamiento

o dibujar algo

que haga señales
en el claro del bosque

para el niño autista

Pequeños sucesos
de la comunicación humana

–¿Qué dice?
–¿Qué quiere decir?

Mínimos gestos y mínimas palabras
que en algo calman

la creciente ansiedad
:Voy entendiendo sólo

lo que proyecto sobre ti

lo que tu lengua
desencadena

desde su música extraña
cuando

desde algún lugar

desencajado
emergen

como faros, también, inesperadas
alusiones a osos, a leopardos

O la palabra “lobo”

traída por el deseo
más allá de las cultas referencias

a la fundación de Roma
y pasando por alto

lo que podría ser
en el diálogo y no en el monólogo

poético

si pudiésemos hablar
en el mismo idioma

un intercambio de eruditas lecturas
y salas de museos

la palabra “lobo”
enaltecida

sustanciada

Porque

lo que al final se entiende
desde la callada

orfandad
de frases imposibles

y oídos
sordos

vacilaciones
intentos de avanzar

en el claro del bosque

–¿Qué dices?
–¿Qué me quieres decir?

cuando una palabra surge
y uno cree entender

lo que no era
y Es

en la certeza también
y en el fracaso del poema



(de: La épica del padre, 2002)

 

 

 

 













PIEL DE VACA

Silvia Guerra
fue quien dijo

algo acerca
de la res colgada

como un signo (fiero)
o un espejo de

estos tiempos que corren
tras nosotras, mujeres.

Amores perros, es lo mismo,

o no: carne sacrificada. Yo
pensé en Simic, al oírla,

y en su poema de las carnicerías

que había utilizado como pórtico
en uno de mis libros.

Guerra continuó
hablando de sus hijos: cómo eran

sus cuerpos extraños

aún cuando se habían
descolgado del suyo.

No hay crimen, Silvia,

si se piensa en el desolladero, porque
la suave extensión

de esta piel moteada de vaca
donde Loqui duerme,

es un olvido de infancia.




(De: Poemas Huérfanos, 2002)











 




















Bosques


(...) entonces, invité a mis padres a almorzar en casa.

Celebraba que mis hijos habían regresado de viaje
y que había perdido un concurso literario.

Compré Aves del Paraíso, calas blancas

que coloqué en un viejo jarrón de la familia
contra la pared roja de la sala-comedor, recién pintada.

Preparé calamares en su tinta, porque recordé que cuando niña era un plato de grandes ocasiones

–es tan laborioso, exige tanta paciencia.

Lo acompañé de arroz blanco al modo de Colombia
y de una ensalada de lechugas y manzanas

que improvisamos al momento con Jimena.

Puse sobre la mesa el mantel más vistoso que tenemos,
una carpeta marroquí (?) de tonos ocres,

y la vajilla heredada de mi pasado matrimonio.

Había una fuente con uvas y ciruelas,
las frutas favoritas de mi madre,

tan dulces, tan heladas.

En la mesa, ya sentados, los hijos y los nietos,
brindamos por los momentos que la vida de alegría ofrece.

Mi padre quiso decir unas palabras.


Cuando uno es joven y sueña,
desea grandes cosas,

Algunas se cumplen y otras no, la mayoría
son sólo sueños. Luego pasan los años,

lo escuchábamos hablar,

lo único que cuenta, si uno cuenta,
si uno vuelve la espalda y mira

lo que hemos dejado,

donde hubo bosques
y el mar que se veía,

para juntos celebrar este encuentro
que al final recordaremos

por encima del llanto y la lección amarga.




(De: La épica del padre, 2002)

 

LOS SORDOMUDOS


(Por los cuervos que vi)


Me sostengo

por el hilo de la voz, y por todo
lo que el idioma arrastra

como detritus: Silabas

dichas de amor, gestos
de cuando niños.

Porque

¿no son cuerpo, también,
palabras amamantadas

por padres

frente al espejo
lo que será poesía,

lo intraducible?

Hinco lo extraño

en el oído
de quienes escuchan,

cuando extraño
es para ellos lo amado

para nosotros: Casa, familia.

Nada entienden. Pájaros

de dura lengua, tercos
en su graznar

disputan. Yo

miro el jardín afuera
mientras leo

desconociendo un paisaje:

Olmos, hirsutos pinos

cuando se oye el tartamudeo
-de mí, sorda

y la audiencia,
muda-

esta tarde en Holanda.






(poema inédito)
 

 

 

 

 

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> que coloqué en un viejo jarrón de la familia
contra la pared roja de la sala-comedor, recién pintada.

Preparé calamares en su tinta, porque recordé que cuando niña era un plato de grandes ocasiones

–es tan laborioso, exige tanta paciencia.

Lo acompañé de arroz blanco al modo de Colombia
y de una ensalada de lechugas y manzanas

que improvisamos al momento con Jimena.

Puse sobre la mesa el mantel más vistoso que tenemos,
una carpeta marroquí (?) de tonos ocres,

y la vajilla heredada de mi pasado matrimonio.

Había una fuente con uvas y ciruelas,
las frutas favoritas de mi madre,

tan dulces, tan heladas.

En la mesa, ya sentados, los hijos y los nietos,
brindamos por los momentos que la vida de alegría ofrece.

Mi padre quiso decir unas palabras.


Cuando uno es joven y sueña,
desea grandes cosas,

Algunas se cumplen y otras no, la mayoría
son sólo sueños. Luego pasan los años,

lo escuchábamos hablar,

lo único que cuenta, si uno cuenta,
si uno vuelve la espalda y mira

lo que hemos dejado,

donde hubo bosques
y el mar que se veía,

para juntos celebrar este encuentro
que al final recordaremos

por encima del llanto y la lección amarga.




(De: La épica del padre, 2002)

 

LOS SORDOMUDOS


(Por los cuervos que vi)


Me sostengo

por el hilo de la voz, y por todo
lo que el idioma arrastra

como detritus: Silabas

dichas de amor, gestos
de cuando niños.

Porque

¿no son cuerpo, también,
palabras amamantadas

por padres

frente al espejo
lo que será poesía,

lo intraducible?

Hinco lo extraño

en el oído
de quienes escuchan,

cuando extraño
es para ellos lo amado

para nosotros: Casa, familia.

Nada entienden. Pájaros

de dura lengua, tercos
en su graznar

disputan. Yo

miro el jardín afuera
mientras leo

desconociendo un paisaje:

Olmos, hirsutos pinos

cuando se oye el tartamudeo
-de mí, sorda

y la audiencia,
muda-

esta tarde en Holanda.






(poema inédito)
 

 

 

 

 

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